El ayuntamiento de Brihuega presume de la recuperacón de las cubiertas de de la Real Fábrica
El Ayuntamiento de Brihuega abrió sus puertas a los vecinos para conocer de primera mano el resultado
martes 27 de noviembre de 2018, 17:33h
El arquitecto Juan de Dios explicó en Brihuega el proceso de recuperación de las cubiertas de la Real Fábrica de Paños. El Ayuntamiento de Brihuega abrió sus puertas a los vecinos para conocer de primera mano el resultado.
El Ayuntamiento ha invertido seiscientos mil euros, que sumados a otros doscientos mil provenientes del Plan de Desarrollo Rural, con fondos de la Junta de Comunidades a través de FADETA, ha permitido la consolidación y recuperación de las cubiertas de un espacio clave en la historia de Brihuega.
Toda la obra se ha realizado respetando la construcción original, bajo la dirección del arquitecto Juan de Dios, premiado recientemente por sus trabajos de restauración en Lorca y el Castillo de la Peña Bermeja. La siguiente fase: restaurar la planta baja y hacerla visitable.
Tras décadas de abandono, la situación era de extrema necesidad y el panorama desolador, uno de los monumentos más emblemáticos de la villa e incluso de la región, con su peculiar planta redonda y toda la historia que atesoraban sus piedras, podía venirse abajo. El alcalde, Luis Viejo, lo explicó ante los vecinos congregados antes de dar paso al arquitecto Juan de Dios: “el turismo es el motor socioeconómico de nuestro proyecto para Brihuega y por eso es tan importante recuperar nuestro patrimonio, ponerlo en valor y al mismo tiempo rentabilizarlo a nivel social y económico”.
El primer paso fue la adquisición del inmueble, que ahora es propiedad del Ayuntamiento y por tanto de todos los vecinos de Brihuega, como recordó Viejo al pedir un aplauso para los propios vecinos.
Para celebrar que ya no tendremos que lamentar una pérdida irreparable, el Ayuntamiento preparó esta jornada de puertas abiertas, una reapertura simbólica por un día gracias a la cual los vecinos pudieron cruzar sus emblemáticas puertas.
Como aperitivo el propio arquitecto ilustró los entresijos de una obra que ha cuidado con mimo y detalle, como ya hiciera en la que acometió en el Castillo de la Peña Bermeja. Juan de Dios de la Hoz explicó con el espíritu didáctico y la sapiencia que le caracterizan cómo ha trabajado respetando los materiales y el espíritu original de tan singular edificio. Reparando una por una todas las vigas, tratando de aprovechar el máximo posible de materiales originales y desfaciendo entuertos de anteriores restauraciones, mucho menos respetuosas con el edificio que la actual.
“Estamos satisfechos de haber conseguido recuperar en poco tiempo el edificio más emblemático de Brihuega junto al castillo y el Convento de San José para su habilitación como Museo de Historia y orgullosos del trabajo que venimos realizando en este sentido”, afirmaba el alcalde, Luis Viejo. “debemos continuar trabajando en esta línea, cuyo único interés es siempre el beneficio de Brihuega”.
Y es que el trabajo en apenas cuatro años ha sido ejemplar, la apuesta del Ayuntamiento por recuperar el conjunto monumental y abrazar el turismo como motor socioeconómico del municipio ha permitido a Brihuega situarse como referencia turística de la provincia. Lejos de guardarse para el último año de legislatura la inauguración de obras, se ha apostado desde el comienzo por un trabajo lento pero reconfortante.
Los mencionados jardines, el castillo, el Museo de Historia, el arco de la guía (abierto en su momento en la muralla por parte del padre de Víctor Hugo), la iglesia de San Simón, un sinfín de actuaciones con el objetivo de poner en valor la rica historia de Brihuega, su patrimonio más importante.
“Apostamos por convertir a Brihuega en referente y lo estamos consiguiendo, los turistas responden y la recuperación es palpable en el municipio”, explica el concejal de Turismo, Jesús Recuero, que no pudo acudir a la cita por encontrarse precisamente promocionando Brihuega en Intur, la gran feria del Turismo de Interior. “Hemos trabajado para recuperar una villa que los visitantes puedan pasear, saborear y admirar, más allá de la joya paisajística que nos regala la lavanda en julio”.