Microbiólogos del Hospital de Guadalajara abogan por la educación y la prevención frente al aumento de la resistencia a los antibióticos
El consumo de antibióticos para tratar resfriados y gripe ha aumentado notablemente, y se alerta sobre la tendencia a la automedicación, así como una indicación incorrecta de antibióticos o su inadecuada duración y dosificación
viernes 18 de noviembre de 2016, 09:36h
Los especialistas de la sección de Microbiología del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, apelan a la educación y a prevenir la diseminación para hacer frente al aumento de la resistencia de determinadas bacterias, que se ha convertido en uno de los principales problemas de salud y una seria amenaza para la salud pública en Europa.
El jefe de la sección de Microbiología, Alejandro González Praetorius, junto a la microbióloga Sonia Solís y la farmacéutica Alicia Lázaro participan en el estudio europeo EARS, en el que colaboran centros de una veintena de países europeos para “evaluar la evolución de la resistencia de determinadas bacterias, estando España a la cabeza en este problema”, además de elaborar propuestas para su control.
A nivel mundial, subrayan, existe una gran preocupación ante el rápido aumento de la resistencia a antibióticos y la diseminación de bacterias resistentes. Como señala el doctor González Praetorius, esta resistencia se traduce en que actualmente lleguen a los hospitales pacientes con infecciones graves, con bacterias “muy difíciles de tratar y para las que en ocasiones no hay alternativa”, lo que obliga a tener que asociar varios medicamentos.
Por su parte, la doctora Solís explica que “a veces las alternativas terapéuticas que quedan son medicamentos en desuso que se han ido sustituyendo por otros mejores”, de modo que cuando el paciente presenta este tipo de resistencia debe ser tratado con antibióticos que “no son los más eficaces”.
Los factores que conducen al aumento de la resistencia se relacionan con el uso incorrecto de los antimicrobianos y la diseminación y transmisión cruzada de microorganismos resistentes a los antimicrobianos entre personas, animales y entorno, debido a la globalización.
“Estamos llegando a lo que se denomina una era preantibiótica, esto es, nos quedamos sin opciones de tratamiento para este tipo de infecciones”, ya que, concluyen, “el desarrollo de nuevos antibióticos es mucho más lento que la aparición de resistencias”.
Uso racional de antibióticos
Según recuerda la farmacéutica Alicia Lázaro, el consumo de antibióticos ha experimentado un notable aumento en los últimos años, hasta el punto de haberse duplicado entre los años 2000 y 2015. Por este motivo, los profesionales recuerdan que es necesario hacer un uso racional de los mismos, restringiéndolos para aquellas patologías en las que sí están indicados, y hacerlo con la pauta adecuada. Estas medidas deben adoptarse tanto a nivel hospitalario como en Atención Primaria e nivel individual, insistiendo en la necesidad de evitar la automedicación. De este modo, los antimicrobianos deben emplearse “sólo cuando sean necesarios, en la dosis correcta y con la duración correcta”.
Asimismo, recuerdan que los antibióticos no son eficaces ante ciertas infecciones respiratorias como la gripe, “y si el médico no los receta no se debe desconfiar ni ejercer presión”.
Finalmente, se deben adoptar medidas higiénicas para el control de la transmisión cruzada de microorganismos resistentes a los antimicrobianos, como la higiene de manos, la detección precoz de los casos o el aislamiento, entre otras.
En el caso de Guadalajara, añaden, se observa una elevada resistencia debido a que “existe mucha población mayor, entre la que es más frecuente este problema, y a un mayor intercambio con hospitales de Madrid”.
La aparición y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos constituye una amenaza para la seguridad del paciente hospitalizado ya que las infecciones por este tipo de bacterias aumentan la morbimortalidad de los pacientes y prolongan la estancia en el hospital, retrasan el tratamiento antibiótico adecuado y se asocian a peores resultados o incluso a la muerte.
Frente a ello, la sección de Microbiología asesora en el correcto uso de los antibióticos y en la indicación de medidas para el control de infectados o portadores de bacterias multirresistentes.