Nacho Redondo nadará diez horas seguidas para recaudar fondos y visibilizar el trabajo de AFAGU

El próximo sábado 23 de agosto es la fecha elegida por Nacho Redondo para enfrentarse al desafío de nadar durante diez horas seguidas en la piscina de Quer, con el propósito de recaudar fondos para AFAGU (Asociación Provincial de enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Guadalajara) y dar visibilidad al trabajo que realizan.

Bajo el lema de “por ellas y ellos que no eligen olvidar” pretende recordar a todas las personas que padecen esta enfermedad, así como a sus familiares ya que son los que cargan con la tristeza de ver como alguien cercano se va apagando poco a poco y empieza a olvidar momentos, rostros y hasta las rutinas más sencillas.

AFAGU lleva casi 30 años trabajando en toda la provincia de Guadalajara ayudando a mejorar la calidad de vida de enfermos de Alzheimer, Parkinson y otras demencias, así como la de sus familias y cuidadores por lo que lo recaudado será una ayuda para el mantenimiento de los servicios de la asociación.

El ayuntamiento de Quer ha ofrecido a Nacho Redondo toda la ayuda para este reto y desde el primer momento ha mostrado todo tipo de facilidades, tanto es así que la recaudación de la entrada a la piscina de ese día será destinada a la asociación. Además, quien lo desee, puede colaborar con un Bizum solidario al 05934.

Redondo lleva mucho tiempo haciendo retos solidarios deportivos de carácter extremo, como hace menos de dos meses que decidió ir a Valencia en bici para llevar material escolar a los damnificados por la DANA. También ha realizado otros retos como 24 horas pedaleando en bici estática, 24 horas nadando en piscina, 5 horas nadando con los ojos vendados y atado a su compañera Paula Taberné y otros tantos como correr por el desierto del Sáhara 100 km en tres días y después ascender al Toubkal.

Para Nacho “el Alzheimer es una enfermedad que duele en silencio” y comenta que “siente mucha empatía cuando le comentan personas cercanas a la enfermedad que duele profundamente cuando ya no les reconocen o no pueden decir ni su nombre, pero que ahí siguen, sosteniéndoles con mucho amor”.