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Manuel Peinado, catedrático de la Universidad de Alcalá, publica el libro ‘El fracking ¡vaya timo!’

Manuel Peinado, catedrático de la Universidad de Alcalá, publica el libro ‘El fracking ¡vaya timo!’

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:30h
Es la primera obra publicada en España sobre el ‘fracking’ o fracturación hidráulica
Manuel Peinado, catedrático y director de la Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, es el autor del primer libro publicado en España sobre el ‘fracking’, la fractura hidráulica utilizada para extraer gas y petróleo del subsuelo. En ‘El fracking ¡vaya timo!’, publicado por la editorial Laetoli, el profesor Peinado sostiene que el ‘fracking’, además de producir desastres medioambientales y sanitarios, tiene todas las características de la burbuja financiera creada por las hipotecas ‘subprime’ y de su derivada hispana del ladrillo.

Reseña de ‘El fracking ¡vaya timo!’
Usted tardará aproximadamente dos minutos en leer esta reseña. Cuando termine, el mundo habrá consumido veinte millones de litros de petróleo, un volumen que bastaría para llenar hasta los bordes diez piscinas olímpicas. Y es que en una coyuntura de profunda crisis económica, con consumos energéticos amortiguados, el consumo mundial de petróleo durante 2013 ascendió a unos 32.000 millones de barriles, es decir, un promedio de 87,6 millones de barriles diarios, lo que equivale a más de 161.000 litros por segundo. Un flujo difícil de imaginar y que, sin embargo, debería incrementarse en las próximas décadas en más de 7.500 millones de barriles al año para satisfacer las previsiones de demanda creciente de los países emergentes.

Eso significa que para saciar el crecimiento de la demanda y compensar un declive anual en la producción mundial de alrededor del 7%, la “petroubre” en la que hemos convertido el planeta tendrá que desarrollar de aquí a 2030 una nueva capacidad productiva cercana a los 64 Mbd. Un volumen que equivale a más de seis veces la producción actual de Arabia Saudita.

De tragarse las píldoras logorreícas de la industria y de los mismos financieros de Wall Street que pusieron en circulación el timo de las hipotecas basura, el fracking, toda una esperanza para las compañías gasísticas y petroleras y un espanto para los colectivos ambientalistas, es el “nuevo maná” que solucionará el problema. Las nuevas tecnologías de perforación horizontal con multifractura hidráulica -eso es técnicamente el fracking- han permitido acceder a yacimientos hasta ahora inaccesibles de petróleo y gas que han revertido por el momento el declive mantenido y constante de la producción de petróleo y gas estadounidense durante las últimas décadas. Este incremento es importante y ha dado un cierto respiro al contrastado desplome de la producción mundial de hidrocarburos.

No obstante, las proyecciones hechas por los operadores y por algunas agencias gubernamentales según los cuales esas tecnologías son una “revolución” que abre una nueva e interminable era de “independencia energética” para los Estados Unidos, que dejará de ser un país importador de combustibles fósiles y se convertirá en exportador de energía, carecen absolutamente de fundamento. Al fin y al cabo, los combustibles fósiles son recursos finitos y esos pronósticos desorbitados son inalcanzables. Este libro, además de describir los aspectos medioambientales que rodean a la agresiva técnica del fracking, aporta datos y argumentos para demostrarlo.

El libro, que se ocupa también de los peligros ambientales y de seguridad para las personas que supone el empleo de la técnica llega en un momento oportuno. Los tribunales estadounidenses han condenado a una compañía operadora de fracking a indemnizar con dos millones de dólares a una familia de Texas que comenzó a enfermar cuando empezaron las operaciones de fractura hidráulica cerca de su vivienda rural.

La técnica implica también la inyección masiva de agua y productos químicos a presión en el subsuelo (el equivalente a 72 piscinas olímpicas por plataforma) lo que provoca la inducción de terremotos cuya potencia destructiva es mayor que el terremoto que sufrió la localidad murciana de Lorca en 2011. Los recientes informes oficiales sobre los seísmos inducidos por la inyección de gas en la costa levantina (plataforma Castor) demuestran que inyectar fluidos a presión en la corteza terrestre es algo que resulta peligroso.

El libro debería ser una lectura obligada para quienes defienden la rentabilidad del fracking en nuestro país que, como ocurre en toda Europa -sostiene el autor-, no es otra cosa que la llegada a este lado del Atlántico de una práctica contaminante, ambientalmente destructiva y económicamente desastrosa. Que, eso sí, llena los bolsillos de los especuladores de costumbre.

Que es un libro de alta divulgación que se puede leer con facilidad, lo demuestran los títulos de sus capítulos: Auge y caída del imperio del oro negro, El secreto de la pirámide, ¡Lutitas al salón!, Bienvenido míster Marshall, Isaac Newton y el extraño caso del comprador de burros, Capitalismo granuja o La gran estafa americana, que ponen de relieve que puede que el petróleo no se mezcle con el agua, pero que ocuparse de él no está reñido con hacerlo con humor y con rigor.
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