Pérez León recurre a la "herencia envenenada" del PP para justificar la deuda de la Diputación

La portavoz del Grupo Socialista, María Antonia Pérez León, ha asegurado que la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos, "se preocupa más por los bancos que por los pueblos de la provincia". Así lo ha asegurado tras subrayar que "en los tres años que lleva al frente de la Corporación ha situado su prioridad en dar dinero a los bancos, mientras abandona a los pueblos y a las personas, que sufren el constante aumento del paro y de la pobreza".

Prueba de ello es que los presupuestos de la Diputación se han convertido en papel mojado, en vez de actuar como elemento dinamizador de la economía provincial. El año pasado, según ha reconocido la propia Guarinos, se quedaron sin tocar 20 millones de euros sobre un total de 57 millones presupuestados. "Además, la mayor parte de ese dinero muerto corresponde a inversiones, porque solo el pago de nóminas suma 20 millones cada año y otros siete millones el gasto corriente", ha explicado Pérez León.

Por el contrario, se quedaron sin ejecutar la mayoría de las inversiones previstas. Por ejemplo, más de tres millones de euros del Plan de Carreteras y cerca de 5,5 millones en la partida de infraestructuras, que incluye los planes provinciales. Otro tanto ocurrió con inversiones como la destinada a centros de atención a los municipios, que se quedó prácticamente al 50%, o la partida de servicios sociales, en la que dejó 500.000 euros sin invertir.

Herencia envenenada

Por otro lado, la portavoz socialista ha recordado que todos los préstamos solicitados durante el anterior mandato se pidieron con el acuerdo unánime de todos los miembros de la Corporación y tenían como única finalidad la financiación del Plan de Carreteras, que Guarinos decidió ralentizar para poder dar más dinero a los bancos. De hecho, la mayor parte de la deuda de la Diputación corresponde a la anterior etapa de gobierno del PP. Apenas un año antes de perder las elecciones, generaron una deuda de 45 millones de euros para tapar los agujeros que habían creado durante años de gestión nefasta y despilfarradora. El resultado es que casi tres millones de euros de los 4,5 que se destinarán este año al pago de deuda corresponden todavía a esa herencia envenenada.