La música de fusión de Emilio Ibáñez sorprendió ayer a propios y extraños en la plaza de Viana de Mondéjar. El cubano, acompañado por ocho "excelentes músicos" hizo una escala en la localidad trillana con sus Cantos de ida y vuelta, nombre de una gira que resume bien su trabajo. Sobre el escenario, y además de Emilio, multiinstrumentista y voz, dos coristas, dos percusionistas, un teclista y una pianista, una guitarra acústica y un bajista.
"Cuando me preguntan qué tipo de música hago, siempre digo lo mismo, habría que quitar de la cuestión la palabra tipo y dejar sólo música. Lo mío es la variedad, diferentes ritmos, que tienen influencia española, africana y cubana", decía ayer poco antes de iniciar el concierto.
Ibáñez bebe de las fuentes de los ritmos africanos. "La mitad de las raíces de Cuba están en Africa. Admiro la polirritmia de países como Nigeria, y también el flamenco y el cancionero de los grandes artistas españoles de siempre", asegura el músico. En cuanto a sus ascendentes cubanos, la música de su país tiene un "horizonte enorme", pero él se mueve en lo que se llama la timba, que es "una mezcla entre salsa, jazz latino y bolero".
Según el cantautor, "la cultura cubana es una fusión de la africana y la española, porque no quedó nada de la cultura de los aborígenes en la isla. En realidad los cubanos tenemos más que ver con España, por la comida, por las palabras, por la forma de ser, que con cualquiera de los otros países de Latinoamérica". Por eso, Ibáñez bautizó a su espectáculo como Cantos de ida y vuelta. "Lo simbolizo mucho con el uso del cajón, al que todo el mundo llama cajón flamenco, cuando en realidad es peruano".
En Viana, Ibáñez presentó también su nuevo disco, Primer Mundo, que está presentando de la mano de Cantos de ida y vuelta. "El disco surgió como consecuencia de la primera canción que escribí cuando llegué a España. Caminé por Madrid para conocer la ciudad. A partir de ahí escribí un tema donde hablo de lo que me llamó la atención. Critico la parte mala, de coches, atascos y agobio, y me adueño la buena. Al final termino diciendo que me quedo a intoxicarme contigo. En el disco trato de agarrarle el tumbao a la catarsis de la ciudad".
El concierto de Ibáñez en Viana mezcló canciones latinas, rock, baladas y sones cubanos, conducidos por la personalísima voz de Emilio.