El Julio Cultural trillano ha mostrado su lado más solidario. Una guadalajareña aficionada a la moda, Marta Marí, que había colaborado ya con Cáritas en varios desfiles anteriores, ha cedido sus veinte últimas creaciones para un propósito humanitario.
A partir de las ocho de la tarde, otros tantos niños y niñas trillanas se vestían con ellos para desfilar en el escenario de la Plaza Mayor. El Ayuntamiento había colocado las sillas para el que el público pudiera disfrutar con las evoluciones sobre la "pasarela" de los pequeños.
Pasadas las ocho y media de la tarde, sonaba la música y comenzaba el desfile, por los chiquitines de cuatro añitos. Sucesivamente y en parejas, los niños y niñas lucieron las creaciones de la alcarreña al público asistente, terminando por los mayores, de diez años. Al final, todos posaron en la Plaza junto a la diseñadora de los vestidos, recibiendo el aplauso unánime de los trillanos.
Marta llevaba cuatro meses preparando el desfile. Ella es la patronista y confeccionadora de los veinte trajes, todos muy coloridos, y los de las niñas llenos de lazos, "que son mi fetiche".
Ayuntamiento y diseñadora solicitaron al público que, de forma voluntaria, entregaran alimentos no perecederos como entrada. Se recogieron en torno a cien kilos, que una voluntaria de Cáritas Guadalajara se llevó para distribuir según el criterio de la entidad.
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