No hay nada más detestable en la sociedad actual, bien maduro el siglo XXI, que la violencia ejercida en cualquiera de sus formas. Cuando alguien o algo se aferra a ella como único modo de conseguir un propósito hay que apartarlo y señalarlo con el dedo porque no tiene cabida en democracia. Al menos en esta.
Emiliano García-Page no lo debe entender así y desde hace poco más de tres años aplica su grado de violencia semana tras semana. Alguien le ha debido de decir que llevando la situación al límite, violentando a la sociedad y aplicando la tensión necesaria a la vida política de Castilla-La Mancha conseguirá desgastar al Gobierno regional. Y ese alguien debe ser como un gurú del socialismo castellano-manchego porque ni las diferentes encuestas que se han ido publicando y que consolidan al PP al frente de la Junta de Comunidades ni las últimas elecciones europeas donde el PSOE enfiló el camino hacia la marginalidad le han bajado del burro.
Los sueldos....
El caso es que el PSOE de Page se ha ido estrellando en cada uno de los envites en los que puso toda la carne en el asador. El tema de los sueldos de los diputados llegó a ser bochornoso y hay quien, no sin sorna, asegura que van a tener difícil encontrar candidatos para las regionales sabiendo, como saben, que "sólo" cobrarán unos 1.500 euros en dietas al mes.
La sanidad...
Con la sanidad les está pasando algo muy parecido y una vez más se han dado un buen coscorrón que aunque ha sido en Toledo se ha podido oír en toda la región. Esta misma semana anunciaron que presentarían una Proposición de Ley de Consolidación y Mejora del Sistema Sanitario Público con el objeto de "evitar la privatización de la gestión de los hospitales y centros de salud públicos de la región". El mismo Page arengaba a sus tropas contra cualquier indicio de privatización cuando, sin esperarlo, sale a la luz que en el año 2005 el Ejecutivo presidido por el socialista José María Barreda dejó por escrito su intención de privatizar un total de 21 servicios no asistenciales del nuevo Hospital de Toledo que aportarían "financiación propia y, en mayor medida, conocimientos específicos sobre el mantenimiento de edificios o gestión de los servicios incluidos en el contrato". Es muy fuerte.
La reforma electoral...
El tercer campo de batalla elegido por el PSOE es quizás, bajo mi punto de vista, en el que más a fondo se están empleando los socialistas y es, curiosamente, el que más va a notar el ciudadano. En efecto, la reforma electoral que promueve el Gobierno regional va a otorgar al ciudadano un protagonismo especial por la sencilla razón de que va a dejar de ser un mero espectador de lo que ocurra en la provincia de Ciudad Real.
Barreda no las tenía todas consigo y promovió una ley electoral que, salvo catástrofe socialista, le perpetuaría en el poder. De las cinco provincias que componen Castilla-La Mancha sólo decidía la de Ciudad Real – provincia de Barreda - con la elección de un número impar de diputados mientras que las otras cuatro elegían par.
A partir de las próximas elecciones, si todo sale según se va conociendo, serán varias las provincias que tengan un número impar de diputados por lo que es fácil suponer que si en cada provincia se garantiza un mínimo de representación, Cuenca y Guadalajara tendrán número impar de diputados lo que supondría un gran avance debido al peso político que alcanzarían las, en teoría, provincias más castigadas por los gobiernos de Bono y Barreda.
Más del 90% de los ciudadanos se muestra a favor de esta reforma y son varios los gobiernos autonómicos que están tomando nota para implantar una reducción similar. En este caso, Page y los suyos prefieren hacer oídos sordos y mirar para otro lado. El coscorrón, en este caso, también se oirá desde lejos.
Si (
No(
