Consejos vendo que para mí y los míos no tengo

Leo con sorpresa una columna del socialista Rafael Esteban en la que habla de respeto y se escandaliza por lo sucedido estos días en las fiestas de Azuqueca de Henares. De hecho, se hace la siguiente pregunta: ¿Qué ocurriría si mañana, en otro municipio, en otro pregón, alguien desde el otro lado político incitara a insultar al líder contrario?, ¿Qué imagen daríamos de nosotros mismos?, ¿En qué república bananera estaríamos convirtiendo nuestra convivencia?

Yo se lo respondo: el año pasado, en las fiestas de Torrejón del Rey, el “señor” Esteban estuvo presente cuando esta alcaldesa fue insultada de manera reiterada al grito de “alcaldesa, hija de puta”. Cuando un grupo de exaltados intentó asediar el Ayuntamiento, lanzando vasos con hielo al balcón donde me encontraba, y cuando, dos meses después, las ruedas de dos vehículos de mi familia fueron pinchadas. Hechos gravísimos que siguen sin una sola condena pública ni del PSOE de Torrejón del Rey, ni del PSOE de Guadalajara, ni del PSOE de Castilla-La Mancha.

Y no es que no lo vieran, es que estaban allí. Usted mismo, acompañado de la consejera de Bienestar Social —que participó activamente en las protestas del pregón, como demuestran los vídeos—, de su diputado nacional y de miembros del PSOE local. Todos ellos callaron entonces. Ninguno levantó la voz. Pero ahora sí que se indignan, ahora sí que claman al cielo. Menos hipocresía y menos lecciones.

Si lo que ha ocurrido ahora es “lamentable” para usted, más lamentable fue aquello. Para ustedes la gravedad de los hechos depende de quién los sufra. Si los ataques son contra una alcaldesa de derechas, entonces son “cosas de la crispación” o “reacciones comprensibles”. Pero si la víctima es un militante o un dirigente socialista, entonces hablamos de “indigno y profundamente irresponsable”. Esa es su doble vara de medir. Esa es su incoherencia.

Y no se engañen: la crispación en España tiene nombres y apellidos. Se llama Pedro Sánchez y la ristra de escándalos y corrupciones que arrastra su entorno más cercano. Su mujer, su hermano, Ábalos, Cerdán, Koldo, el tito Berni… El uso del Falcon para fines privados. El asalto a las instituciones judiciales. La compra de voluntades en el Congreso con dinero y privilegios. La venta de España a independentistas, separatistas, filoetarras y hasta a narcodictaduras. Ustedes han hecho del poder un negocio particular.

Ahí tienen el ejemplo de Alcalá de Henares: varias jóvenes violadas por inmigrantes ilegales. Eso es lo que, de verdad, indigna a los españoles, eso es lo que llena las calles de miedo e inseguridad. Pero en vez de proteger a las víctimas, criminalizan a los vecinos que alzan la voz. Esa es la España que han construido: una España donde protegerse de la delincuencia es delito, pero vender la nación a separatistas y proteger a violadores importados es progresismo.

Por eso los españoles protestan, por eso hay cánticos, por eso hay manifestaciones. Porque se les está robando la dignidad y la seguridad. Porque su presidente ha convertido la política en un lodazal de corrupción, sectarismo y traiciones.

Así que, antes de dar lecciones de moral y de respeto, mire hacia atrás, recuerde lo que callaron, lo que permitieron, lo que encubrieron, lo que justificaron, lo que silenciaron y lo que aún hoy se niegan a condenar. Porque si algo sobra en el PSOE es hipocresía.