GUADALAJARA

Seis paradas para un viaje de siglos en Cogolludo en el día de la Virgen de los Remedios

Redacción | Sábado 16 de agosto de 2025

Con el eco aún vivo de una intensa Semana Cultural que llenó de música, historia y deporte las calles de la villa serrana, Cogolludo ha vuelto a vestirse de fiesta para honrar a su patrona, la Virgen de los Remedios. El 15 de agosto, vecinos y visitantes se volcaron en una celebración que combina devoción, tradición y convivencia, con una emotiva procesión de más de dos horas y seis paradas que recorre cada rincón del municipio, manteniendo intactos unos ritos que forman parte del alma colectiva del pueblo desde hace siglos.

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La villa ducal vivió ayer una de sus jornadas más queridas, como es la festividad de la Virgen de los Remedios, patrona de Cogolludo. La cita reunió, como cada 15 de agosto, a vecinos, cofrades e invitados en torno a una tradición que se remonta siglos atrás y que, al menos desde mediados del siglo XX, mantiene intactos sus ritos y su recorrido.

La Cofradía de la Virgen de los Remedios, fundada en 1583, está considerada una de las más antiguas del municipio. A lo largo de más de cuatro siglos ha sido custodio de las celebraciones patronales, asegurando la continuidad de gestos y ceremonias que forman parte de la identidad local. El recordado cronista de Cogollludo, Juan Luis Pérez Arribas, documentó que, desde mediados del siglo pasado, la procesión ha mantenido su itinerario casi inalterable, siendo una de las más largas de la provincia de Guadalajara, con cerca de tres kilómetros y más de dos horas de duración.

La mañana se abrió con la misa matutina y la solemne eucaristía del mediodía en la iglesia de Santa María, abarrotada para la ocasión. El párroco, Mauricio Muela, presidió la ceremonia y en su homilía recordó que “la devoción a la Virgen de los Remedios no es solo una herencia, sino una manera de vivir la fe, la unidad y la identidad de nuestro pueblo”. Uno de los momentos más esperados fue la ascensión de la imagen desde su camarín al altar, recreando la Asunción de María, un gesto heredado de la Edad Media que sigue emocionando a generaciones enteras.

El hermano mayor, Marcos Sánchez Magro, que ingresó en la Cofradía con apenas dos meses, portó el cetro y coordinó buena parte de los actos. En su mensaje al pueblo dio “las gracias a la Virgen de los Remedios” y pidió que siga “acogiendo a los cogolludenses bajo su manto, protegiéndolos y dándonos fuerza en los momentos difíciles”.

La procesión vespertina arrancó desde Santa María con la subasta de los brazos de las andas y el estandarte, animada por Francisco José García, que convirtió las pujas a euros, pesetas y duros, despertando sonrisas y recuerdos.

Con el orden riguroso que marca la tradición, la imagen descendió por la escalinata y la cuesta de San Pedro, deteniéndose en la fuente de San Pedro para la primera parada. El cortejo continuó por la calle de San Pedro y la de Labradores, donde tuvo lugar la segunda parada, antiguamente dedicada —como otras— a colocar a los niños en el manto de la Virgen, costumbre que se mantuvo hasta la década de 1970.

La tercera parada se realizó en la Plaza de la Acacia, punto donde también se ofrecían niños a la Virgen en el pasado. Desde allí, la procesión prosiguió por la calle Medina y la plaza de la Fuente Abajo hasta las Cuatro Esquinas, con la cuarta parada, y subió por la calle Nueva Alta hasta la intersección con el callejón de Palacio, donde se hizo la quinta, incorporada hace unas cuatro décadas.

La última parada tuvo lugar en la Plaza Mayor, escenario desde 1970 de la única ofrenda de niños que se conserva hoy, gesto cargado de simbolismo para las familias. En cada alto del recorrido, el coro parroquial interpretó un canto tras el rezo de un misterio del Rosario, sustituyendo a los motetes que antaño cantaba una pequeña capilla musical con armonio, violines y violonchelo.

Tras esta última parada, el cortejo continuó por la calle Jesús y María, Juan de Mingo y la cuesta de Santa María. Ya en el atrio, se repitió la subasta de los brazos de las andas, el estandarte y las ofrendas, entre ellas unas impresionantes sandías, antes de entrar en el templo para entonar la Salve final a la Virgen, en una atmósfera cargada de emoción que el párroco, Mauricio Muela, definió como “el corazón vivo de nuestra fe y nuestras raíces”.

El alcalde, Juan Alfonso Fraguas, agradeció la labor de la Hermandad, la Parroquia y Protección Civil, subrayando que “seamos creyentes o no, mantener estas tradiciones es preservar nuestra historia y nuestro amor por el pueblo”. Acompañando a los cogolludenses en la celebración ha estado la consejera de Igualdad, Sara Simón, y el diputado provincial Mariano Escribano, entre otras autoridades locales y provinciales.

Este año, el Día Grande llegó precedido por la XLI Semana Deportivo–Cultural “Villa de Cogolludo”, con cerca de 50 actividades entre el 1 y el 13 de agosto: torneos deportivos, rutas nocturnas, la V Feria Provincial del Tomate, el concierto de Los Commitments o la inauguración de la nueva Ruta Literaria guiada por Javier Segura. Hoy, 16 de agosto, la programación continúa con la misa por los cofrades difuntos y el inicio de los festejos taurinos en la Plaza Mayor, manteniendo vivo el pulso festivo que combina tradición, cultura y convivencia.

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