El Ayuntamiento de Guadalajara ha finalizado la restauración de la torre del campanario de la Casa Consistorial, permitiendo que el emblemático reloj municipal vuelva a sonar en la Plaza Mayor. La intervención, que comenzó en agosto de 2024 tras detectar riesgos estructurales, incluyó la rehabilitación del campanario y la modernización del sistema del reloj. La alcaldesa Ana Guarinos destacó la importancia de esta obra para preservar un símbolo histórico de la ciudad. El proyecto tuvo un costo de 322.894 euros y se complementará con futuras mejoras en el edificio. El regreso del sonido del reloj fue celebrado con un repique conjunto de campanas en varias iglesias locales, simbolizando el reencuentro con la historia de Guadalajara.
El Ayuntamiento de Guadalajara ha completado con éxito la reforma y restauración integral de la torre del campanario de la Casa Consistorial. Esta intervención, considerada urgente y necesaria, devuelve a la ciudad uno de sus símbolos más emblemáticos: el reloj municipal vuelve a marcar el tiempo desde el corazón de la Plaza Mayor, luego de haber estado parado desde el 11 de julio de 2024, cuando las campanas dejaron de sonar para llevar a cabo una obra de emergencia.
La alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, presentó esta mañana los resultados de las obras en una rueda de prensa, acompañada por el concejal de Infraestructuras, Santiago López; el arquitecto municipal responsable del proyecto, Ricardo Fernández; el maestro artesano herrero Jesús Alba; Iván Santos, gerente de la empresa adjudicataria Intergest 2006; y Antonio Hernández, maestro relojero que ha cuidado del reloj durante más de medio siglo.
La intervención comenzó en agosto de 2024 tras detectar un riesgo inminente de colapso en la estructura. La rehabilitación del campanario incluyó la restauración del forjado, mejora de accesos y modernización del sistema del reloj. Aunque el mecanismo actual data de 1973, se ha actualizado para asegurar su funcionamiento durante muchas décadas más, preservando así la memoria del original instalado en 1905 por el prestigioso relojero Jorge Guillermo Girod, cuya maquinaria original se puede contemplar en el zaguán del Ayuntamiento.
La alcaldesa destacó que el edificio consistorial, diseñado por Antonio Vázquez Figueroa y finalizado en 1907, no había recibido intervenciones significativas en su torre sur desde su construcción. “La restauración ha eliminado las patologías estructurales y filtraciones que comprometían su estabilidad, asegurando su conservación a largo plazo”, enfatizó Guarinos.
El arquitecto Ricardo Fernández explicó los daños estructurales encontrados en la torre y las acciones tomadas para restaurar su integridad. “Lo primero que hicimos fue reforzar los forjados desde abajo para evitar cualquier desplazamiento. Luego procedimos a unir estructuralmente la torre al edificio principal para redistribuir las cargas hacia los muros portantes”, detalló Fernández. Además, se restauraron todos los elementos dañados, lo que incluyó cortar y reemplazar pilares afectados por nuevos elementos reforzados.
Jesús Alba compartió su experiencia como herrero y los métodos utilizados para reforzar la estructura. “La torre estaba tan delicada que podría haber colapsado con un vendaval fuerte”, comentó. En lugar de desmontarla completamente, optaron por intervenir in situ utilizando técnicas tradicionales debido a la fragilidad del hierro fundido presente en muchas piezas.
Antonio Hernández destacó que el reloj fue la parte menos problemática durante esta intervención. “Las campanas se han mantenido en su lugar original porque su estructura estaba bien conservada. Solo hemos sustituido los dos electromazos que las accionan”, explicó Hernández. El mecanismo original se conserva en la entreplanta junto a un nuevo reloj patrón informatizado que permite una gestión más precisa y moderna.