El Arco de San Juan se lleva el primer premio en Sigüenza

Sigüenza, 24 de junio de 2025. La tarde del 23 de junio, la ciudad de Sigüenza revivió una vez más la vibrante celebración de los Arcos de San Juan. Esta festividad, que se remonta a siglos atrás, está profundamente arraigada en la cultura local y coincide con el solsticio de verano. Reconocida como Fiesta de Interés Turístico Provincial, va más allá de ser un simple evento; es un ritual cultural que une a generaciones y refleja la fortaleza de una comunidad que se reencuentra con sus raíces cada año. El aroma del cantueso y el sonido de las dulzainas llenan las calles, creando un ambiente festivo inconfundible.

Los preparativos comienzan días antes, cuando los vecinos de diferentes barrios recogen ramas de chopo, tomillo, cantueso y rosas —siempre siguiendo la tradición de "robar" las flores— para adornar las estructuras metálicas que se convierten en arcos floridos. Cada arco está coronado por la figura de San Juan y contiene objetos cargados de significado emocional, evocando historias familiares y recuerdos entrañables.

Premiación y Tradición

En esta edición participaron seis arcos. Un jurado presidido por Conchi Huelves, concejala de Festejos, junto a miembros del Ayuntamiento y asociaciones locales, evaluó cada arco en función de su originalidad, composición y fidelidad a los elementos tradicionales. Tras recorrer los distintos barrios acompañados por dulzaineros en un ambiente festivo, el primer premio fue otorgado al Arco de San Juan en la Plazuela homónima. Su regreso al certamen tras varios años fue recibido con gran alegría por parte del grupo juvenil responsable. Anabel Bellón, portavoz del equipo, compartió: “Este año hemos recuperado la tradición. Llevábamos cuatro años sin hacerlo y ahora los que éramos niños hemos decidido seguir adelante”.

El segundo premio fue concedido al Arco de la Residencia Saturnino López Novoa. Esperanza Juberías, terapeuta ocupacional del centro, explicó que su diseño rendía homenaje a todos los participantes a lo largo de los años: “Hemos querido agradecer el esfuerzo a quienes han mantenido viva esta tradición”, afirmó Juberías, quien se despide este año tras una larga trayectoria.

Participación Comunitaria

El tercer puesto correspondió al Arco de la Residencia de La Alameda, donde el trabajo textil y el entusiasmo fueron protagonistas. Daniel Santos, su terapeuta ocupacional, destacó: “Este año nos centramos en el bordado. Ha sido una fiesta llena de ilusión”. Otros barrios también mostraron su compromiso con esta expresión festiva. En Alfarerías, Fernando Álvarez mencionó cómo continuaron con la tradición después de un periodo difícil: “La gente ha respondido trayendo flores”, comentó.

En el barrio del Tinte, Asun Villareal celebró especialmente la participación infantil: “Este año hubo muchos niños e incluso recién nacidos”. Mientras tanto, Elisa Carrasco del barrio de los Herreros relató cómo construyeron dos arcos: “Tuvimos mucha gente joven; cuando llega el jurado es lo más emocionante para ellos”.

Un Futuro Compartido

La alcaldesa María Jesús Merino subrayó la importancia profunda de esta celebración para el futuro del municipio: “Mantener vivas nuestras tradiciones nos fortalece como comunidad”. La jornada culminó en la Plaza Mayor con la entrega de premios y actuaciones musicales que celebraban esta noche mágica.

Aparte del concurso principal, también se reconocieron los balcones más floridos. Las ganadoras fueron Pauline Sainz-Smith, Juana Bermejo y Rosa María Espinosa por embellecer la ciudad con sus plantas.

La fiesta de los Arcos de San Juan no solo reafirma una identidad colectiva; es un espacio donde pasado, presente y futuro se entrelazan en un acto compartido lleno de belleza y esperanza. En medio del impulso hacia convertir a Sigüenza en Patrimonio Mundial, celebraciones como esta demuestran que las tradiciones vividas con pasión son patrimonio invaluable para toda la humanidad.

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