"San Isidro reparte el agua y el sol", dice el refranero español. Y ha sido por lo segundo por lo que este año se ha inclinado el patrón de los hombres del campo, que ha 'regalado' a Cabanillas una jornada excelente en lo meteorológico y animada en cuanto a participación.
Varias decenas de vecinos –entre ellos un buen puñado de agricultores, que para algo Cabanillas es núcleo de arraigada tradición agrícola– procesionaron junto a la imagen del Santo en su recorrido por algunas de las principales vías de la localidad. El párroco, Bienvenido Larriba, dendijo las tierras para rogar por la fertilidad y abundancia de las futuras cosechas. El teniente de alcalde, Julián Rodríguez, y varios miembros de la Corporación municipal particoparon en el desfile, que transcurrió bajo los sones de melodías populares interpretadas por la Banda de Música de Cabanillas.
A continuación, la iglesia de San Pedro y San Pablo acogió la Eucaristía solemne en honor a San Isidro, mientras que la parte más lúdica de la jornada se trasladó a las puertas del antiguo Ayuntamiento. Allí, los asistentes compartieron dulces, limonada, alguna que otra anécdota y más de un recuerdo. La celebración concluyó con la tradicional comida de hermandad con la que los agricultores de Cabanillas ponen al broche de oro a su día grande.